lunes, 25 de marzo de 2013

La textovisualidad como eje de la experiencia literaria con apoyo en la tecnología


Imagen obtenida en http://www.in-creible.es


Hoy hemos seleccionado el artículo "Redes sociales, textovisualidad y transmedia: literatura y nuevas tecnologías"porque en él se reflexiona acerca de una innegable realidad: actuamente, la cultura se desarrolla en un medio textovisual. También, porque advierte de un hecho a tener en consideración: "en este momento la literatura pasa a ser algo más que texto y merece ser estudiada de un modo más complejo y atendiendo a esa especificidad".

"Redes sociales, textovisualidad y transmedia: literatura y nuevas tecnologías" Vicente Luis Mora

5. La textovisualidad como eje de la experiencia literaria con apoyo en la tecnología

La palabra engendra la imagen y la imagen es virus (…) Descubrimos que simples sistemas de códigos binarios eran suficientes para contener la imagen entera, pero requerían un gran espacio de almacenamiento, hasta que se descubrió que la información binaria podía escribirse a nivel molecular, que nuestra imagen entera cabía dentro de un grano de arena.William Burroughs, Nova Express

Las imágenes han pasado a ser una parte sustancial de lo que somos. No solo porque gran parte de la información que recibimos se nos presente a través de un formato visual, sino porque incluso en la visión que tenemos de nosotros mismos es parte sustancial nuestra imagen. Desde los álbumes familiares de fotos hasta los vídeos en que aparecemos, pasando por las fotografías de los perfiles en las redes sociales o en nuestro currículum vítae, la forma visual de presentarnos nos parece medular para relacionarnos socialmente y para ser aceptados por los demás23.

Esa centralidad imagológica no ha pasado desapercibida ni para los sociólogos ni para los propios creadores, que tanto en el arte contemporáneo como en la literatura muestran, en todos los países y culturas, un fuerte interés por la imagen como método expresivo. El resultado es un medio textovisual de creación artística, compuesto a medias por elementos visuales y discursivos, que nos resulta fácilmente aprehensible. Esta tendencia desafía antiguas formas de concebir conceptos como originalidad, autoría, genericidad, etc., y nos pone en la tesitura de encontrar recursos metodológicos adecuados para afrontar el análisis de estas formas expresivas, que han encontrado en Internet un portentoso semillero de posibilidades dinámicas y audiovisuales, superando el anterior marco de la imagen estática. Antaño, una reproducción solía hacer referencia a una lámina, ilustración o fotografía. En el imaginario actualreproducciónse relaciona más bien con un videocasete, un iPod o una lista de reproducción en YouTube.

Valeria de los Ríos ha señalado, partiendo del «giro icónico» de nuestra cultura apuntado por W. J. T. Mitchell, que «la literatura se presenta como un lugar privilegiado para analizar la impronta de la visualidad en la cultura, puesto que recoge consciente o inconscientemente su impacto, inscribiéndola en el texto de manera ficcional, incluso antes que muchas aproximaciones teóricas al tema»24. El texto se configura, en los ejemplos estudiados por la autora pero también en otros muchos, como una caja de resonancia de lo icónico, ya sea mediante su descripción ecfrástica, ya sea a través de la reproducción visual de lo contemplado (mediante diversos procedimientos: inserción de imágenes, composición textual, diseño gráfico, maquetación, etc.). No escasean autores considerados «canónicos», como Julio Cortázar, Michel Butor, W. G. Sebald, Guillaume Apollinaire o Laurence Sterne, que han incluido aspectos visuales en sus obras

En ese momento la literatura pasa a ser algo más que texto y merece ser estudiada de un modo más complejo y atendiendo a esa especificidad.

El profesor de Estética Víctor del Río ha apuntado la «factografía» como método de lectura de materiales visuales y textuales dentro de un mismo conjunto documental25. La persona que utiliza ese método en su vida cotidiana, aceptando de forma natural la presentación habitual de la información, es lo que hemos llamado, continuando la terminología semiótica, un «lectoespectador»26. Denominación que alude tanto a receptores de las obras de arte como a los ejecutores de las mismas, por compartir ambos la misma Weltanschauung audiovisual. En similar sentido, Víctor del Río escribe que en el media art «la utilización de medios de reproducción de imágenes se consolida como forma artística por analogía con los medios de comunicación y en relación dialéctica con ellos, tanto para afirmarlos como para negarlos»27. Es decir, que la recepción de la tecnología no tiene por qué ser complaciente con ella, sino que puede ponerla en cuestión —y a menudo sucede de este modo—, le está permitido criticarla desde dentro, o con sus mismas armas, demostrando sus carencias o sus peligros. Sería, por tanto, muy preciso y oportuno decir que buena parte de la literatura actual dialogacon la tecnología, sin que ello implique un sometimiento o una rendición ante su espectacularidad sino, muy al contrario, una reflexión crítica en marcha sobre su omnipresencia y su poder económico y simbólico en nuestro tiempo.

Esta simbiosis entre literatura e imagen no solo ha sido posible con origen en esfuerzos desde el lado de las letras. También el mundo de la imagen ha entendido que la narratividad es una de las claves persuasivas para atrapar el interés de los lectoespectadores, y por ello no solo el cine, sino otros géneros como el videojuego o las series de televisión han acabado por reforzar sus guiones, hasta límites de excelencia desconocidos. Videojuegos como Alan WakeGTA4, o series como The Wire, Boss o The Sopranos han desarrollado tales niveles de complejidad narrativa, profundidad argumental, ahondamiento en los personajes y cuidado en los diálogos que han sido emparentados con los dramas de Shakespeare (Teleshakespeare se llama significativamente un ensayo de Jorge Carrión sobre series televisivas) o las novelas de Dostoievski. El filósofo José Luis Molinuevo ha escrito al respecto que «las teleseries son ahora una de tantas respuestas a la inquietud de si se puede continuar una ilustración sin la unidad de los conocimientos, pero desde la mezcla e hibridación de los mismos, desde la disociación estética de los trascendentales, lo verdadero, lo bello y lo bueno, unidos más que nunca en la propaganda y la publicidad»28. A su juicio, la estética de la complejidadque presentan algunas de estas series las configuran como uno de los fenómenos artísticos más interesantes y «elevados» de nuestro tiempo, a pesar de que su origen estaría vinculado en principio a la cultura de masas, antes considerada como «baja cultura». Uno de los principales efectos que ha tenido esta irrupción de series y videojuegos de gran altura conceptual y literaria es, precisamente, haber triturado esa antigua barrera entre la baja y la alta cultura, creando un tertius genus, una «alta cultura pop», que Eloy Fernández Porta ha denominado Afterpop en su conocido ensayo publicado en 2007.

  • (23) «Las pasiones, los afectos, los sentimientos básicos volverán una y otra vez a este mapa último, a ese universo de representaciones, de modo que, igual que se afirma que somos lo que comemos, se puede afirmar aún con mayor certeza que somos los que nos representamos» (Vicente Serrano, 2011,La herida de Spinoza. Felicidad y política en la vida posmoderna, p. 48). volver
  • (24) Valeria de los Ríos (2011), Espectros de luz. Tecnologías visuales en la literatura latinoamericana, p. 17. volver
  • (25) «La factografía, por tanto, es la organización de un discurso a partir de materiales documentales entre los que puede haber tanto imágenes como textos» (Víctor del Río, 2010, Factografía. Vanguardia y comunicación de masas, p.35). volver
  • (26) Vicente Luis Mora (2012), El lectoespectador. Deslizamientos entre literatura e imagen. volver
  • (27) Víctor del Río, op. cit., p. 215. volver
  • (28) José Luis Molinuevo (2011), Guía de complejos. Estética de teleseries, pp.14-15. volver"

    Fuente: http://cvc.cervantes.es/lengua/anuario/anuario_12/luis/p05.htm




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